lunes, 7 de septiembre de 2020

La paleta goma navarra se olvida del virus por 12 horas en Iguzkiza, en un Campeonato Relámpago con victoria de Prieto y Legarra

En este convulso y maldito 2020, I año del virus del murciélago y del Último grito en mascarillas, el pasado sábado salió el sol en un frontón de tierra Estella, en la pequeña localidad de Iguzkiza. Se trata del pueblo de un pelotari irreductible, Félix Barandiarán, un palista zaguero-delantero, de juego anárquico y alegre, y de similar carácter fuera de las canchas. El gran Félix puso todo su empeño, afición y alegría al servicio de una de las mejores noticias en mucho tiempo para la paleta goma en Navarra: la primera edición del Campeonato Relámpago de Iguzkiza. El resultado fue un éxito absoluto. 

Xabier Legarra y Xabier Prieto (campeones) posan con Félix Barandiarán tras la final del I Campeonato Relámpago 12 horas de Iguzkiza. Además de buen pelotari, Barandiarán se ha destapado como organizador. 

Félix, un asiduo palista del frontón López de Pamplona, puso el reclamo de su campeonato, un bonito caramelo para muchos pelotaris...  y lo tenía todo perfectamente organizado. Partidos, trofeos, comida, merienda, ducha... Todo facilidades y cercanía para los pelotaris. 

El formato del campeonato fue muy aplaudido. 24 pelotaris, con una fase de liguilla con12 partidos a 15 tantos, programados cada media hora. Y luego, tras la comida, cuartos de final a 15, semis a 20; y final a 22. 

Deportivamente, se jugó con parejas fuera de lo habitual en el circuito federado, con parejas poco convencionales, incluyendo a tres pelotaris del pueblo que han jugado con cracks como Merindano, Beguiristain y Nuin. En los tres casos (Miguel, Adrián e Imanol), resultaron ser muy buenos pelotaris. Con ellos y con el propio Barandiarán, Iguzkiza puede presumir de un excelente nivel en el frontón. Miguel, que sale en la foto de abajo, había ganado un día antes el campeonato entre pelotaris del pueblo, en una final en la que jugó con el veterano Albéniz. 


Miguel, pelotari local, jugó con Merindano y llegó a semifinales. El día anterior había ganado el campeonato del pueblo.

Resultaron muy merecidos txapeldunes dos pelotaris / portentos físicos, Xabier Legarra (MVP del torneo, está sobrado de forma) y Xabier Prieto, delantero ágil y listo.  Y dignos subcampeones, Arkaitz Sanz, delantero zurdo muy fino y valiente; y Julen Martínez, que ha jugado con personalidad y ha demostrado recursos en la zaga. También fueron semifinalistas Tapia-Oria, que jugaron de maravilla, formando una pareja muy compensada; y el incombustible Merin acompañado del delantero local Miguel. 

Imanol y Nuin, dos ex manistas, llegaron a cuartos de final. Imanol pegó unos pelotazos fortísimos con las dos manos y Nuin fue un jabato en la zaga. 

David Martínez y Viscarret formaron una pareja muy bonita. Solo el empuje de Julen Martínez y Arkaitz pudo con ellos en cuartos de final... por un solo tanto!, 15-14. El mítico zaguero Juan Pablo disfrutó como nadie del primer partido de campeonato con sus hijos como rivales. 

Barandiarán y Eneko Sanz cayeron en cuartos de final ante Tapia-Oria. Pero Barandiarán dejó su sello con los tantos más imprevisibles del torneo. 

Y Adrián y Alberto Begiristain apretaron las tuercas más que nadie a Prieto y Legarra, en cuartos de final. Pero en los últimos tantos, un tirón muscular de Beguiristain resultó decisivo. 

También participaron Asier Andueza-Fran Indurain, la mejor pareja de las eliminadas en la primera fase. Indurain firmó un dos paredes con la izquierda desde el rebote para el recuerdo, el mejor tanto de todo el torneo. Almárcegui-García, Camarzana-Iparraguirre y Javier Beguiristain-Aristregui no tuvieron su día en la cancha, pero se lo pasaron en grande desde la grada. 

La experiencia general, con partidos rápidos y con ritmo, el ambiente fenomenal en las gradas y en el bar pegado al frontón,  con pelotaris y vecinos del pueblo, la propia comida... todo eso ha hecho que este campeonato de 12 horas haya sido un exitazo, pese a las mascarillas y geles por el Covid, un inconveniente con el que hay que convivir.

Campeonato de 12 horas de paleta goma Iguzquiza 2021, suena a cita obligada!!


Foto de grupo con parte de los pelotaris participantes en el I Campeonato Relámpago de Iguzkiza. 

José Luis Merindano volvió a dar un recital de clase en la zaga. La imagen, en la que ejecuta un saque, podría servir para ilustrar un tutorial de cómo jugar bien a paleta goma. La pregunta del millón, ¿sacaría a la pared, o al ancho?

Julen Martínez golpea desde la zaga. El frontón de Iguzkiza, de 30 metros de longitud aproximadamente, requería un estilo con variedad de golpeos, como el suyo. 
De izquierda a derecha, Arkaitz Sanz, Julen Martíez, Félix Barandiarán, Xabier Legarra y Xabier Prieto. 

Ambiente pelotazale en las gradas del frontón Iguzkiza, con muchos palistas entre bambalinas. 


martes, 21 de abril de 2020

Jai Alai Blues, cuando la cesta punta conquistó el mundo


Reseña del documental Jai Alai Blues, Gorka Bilbao y Zigor Etxeberria, 2015. 

https://www.filmin.es/director/gorka-bilbao

Cientos de pelotaris profesionales, decenas de frontones por todo el mundo, miles de seguidores, millones de dólares de negocio… Para los amantes de la pelota vasca, Jai Alai Blues no es un documental más, sino una referencia: es un compendio perfecto del boom de este deporte y su declive, con moraleja incluida. Un canto melancólico, realista o esperanzador, según se mire, hacia este deporte.



Jai Alai Blues, ETB, documental completo

El documental nos recuerda la no tan lejana época dorada de la cesta punta, en cuanto a su popularidad y expansión; y su evolución hasta nuestros días, lejos ya de ese esplendor, pero con otras cosas, otras posibilidades. Tras alcanzar cotas de popularidad mundial, en varias décadas en las que se llevó este deporte a sitios tan lejanos como China, Egipto, Filipinas, Cuba, México o EE UU, fue protagonizando un declive constante hasta hoy. El documental recopila en 100 minutos varias claves para entender la evolución de este deporte, con nombres propios y varias cuestiones claves que nos ayudan a entender una situación actual de crisis, y por tanto de oportunidad de cambio.  

Resulta fascinante descubrir que, entre el siglo XIX y XX, se jugaba a pelota vasca profesional en lugares tan remotos como Shanghai, Manila, Sao Paulo, El Cairo, Ciudad de México o La Habana. Uno echa a volar la imaginación y vislumbra a aquellos vascos emprendedores que acudían con la cesta debajo del brazo convencidos de su éxito como negocio, siempre unido a un rendimiento económico, la apuesta, en sitios bulliciosos y con masivos y continuos movimientos de dinero. En un mundo sin televisión, sin internet y sin deportes de masas, el denominador común de aquellos lugares exóticos era la presencia de migrantes españoles y franceses en torno a mercados con mucho dinero en torno a la industria y el comercio; y la extraordinaria y entusiasta aceptación de los lugareños a ese modelo rápido, incierto y espectacular de engrosas o perder sus ganancias mediante apuestas. 
  
Uno imagina un El Cairo colonial, con tipos adinerados alrededor del Canal de Suez y el mercadeo entre el trajinar de los barcos; el mercado asiático en Shanghai y Manila de principios del siglo XX, con un trasiego ilimitado de exportaciones e importaciones de todo tipo de productos; una Habana recién independizada de España (en 1898), con lazos estrechos con su tierra madre y con una oleada de proyectos y negocios en América, y dinero a manos llenas en el célebre “Palacio de los gritos”; o un frontón que era una hervidero en la Ciudad de México esfervescente de los años 50 y 60, cada vez más poblada y en expansión. 

El actor John Travolta, en los años 70. 
La parte estadounidense del Jai Alai es su canto del cisne previo al colapso. De contar con 700 puntistas profesionales, en Miami, Orlando, Conneticut, Rhode Island, Las Vegas, Reno, a finales de los 70 y principios de los 80… a la nada.

Durante los 70, el negocio del Jai Alai despega desde Florida de la mano de la apuesta, se liga a clanes familiares de inmensas fortunas y se esparce por ese inmenso país. El Jai Alai es ruido, fiesta, gritos, dinero a espuertas, miles de aficionados en directo, y entre ellos, palcos vip, famoseo… Una foto del John Travolta joven y pletórico, con una cesta en pleno ambiente resume la época… El dinero de la apuesta, salpicado por capítulos turbios relacionados con mafias, tiene también en EE UU episodios dignos de película, con el asesinato de dos dirigentes del jai alai sin esclarecer incluidos.

Cheerleaders en los años del esplendor del jai alai. 
En el Jai Alai estadounidense hay una familia clave en su expansión desde Miami, los Berenson (tres generaciones). Introducen las quinielas, el sistema rápido de apuestas por excelencia. Los Berenson crean el World Jai Alai, llegan a operar 16 frontones con unos 700 pelotaris hacia 1978. Todos los años viajan a Gernika para captar nuevos talentos. El Miami Jai Alai llega a congregar a 15.000 espectadores. Realizaban temporadas de 5 meses. El frontón de Hartford llega a conseguir 92 millones de dólares en ganancias en un solo año, y deciden pasar a jugar todo el año. 

La película fluye de la mano de auténticos mitos de la cesta punta.

Teodoro Jáuregui llegó a Egipto en 1915, donde ya existía el Jai Alai… e inaugura en la delegación francesa de Shanghai en 1920 el Frontón Auditorium. Las apuestas estaban prohibidas en China, pero no en las concesiones europeas. Y en 1941, abre un frontón en Manila.

Guillermo Amutxastegui, zaguero revolucionario, de juego ofensivo y vida de Hollywood. Nace en Ondarroa pero con solo 14 años viaja Florida, y con 16 acude de Miami a Nueva York, donde alterna con el gángster Jack Smith; regresa a Cuba, donde se convierte ídolo absoluto, y se mezcla con la auténtica jet set de aquella sociedad (Hemingway, John Wayne, Esther Williams y Guillermo eran conocidos como D`Artagnan y los tres mosqueteros). 


Juan Ramón Rementeria, Remen. Con 17 años acude a EE UU y se convierte en su primera temporada en el primer pelotari en lograr un Home Rond en el Miami Jai Alai: pegar un rebote directo, botar y volver a golpear el frontis. Fue un delantero de apariencia liviana, pero excepcional pegada. Toda su vida irá ligada a la cesta punta, hasta protagonizar junto a otros compañeros una huelga en 1988, en contra de varias medidas impuestas por su empresa, que se prolongó dos años y medio. Fue un error, al reabrir, nada volvió a ser igual.



El Palacio de los gritos, el frontón más mítico de Cuba, en la calle Concordia. Con la revolución cubana (1953-59), acaban las apuestas y muere el Jai Alai profesional en Cuba. El Palacio de los Gritos cierra en 1962.



La caída... ¿cambio de modelo?
La saturación que produjo alargar la actividad a todo el año, el surgimiento de competencia en las apuestas, el abuso de la patronal y la huelga excesiva... son varios los factores que se apuntan al declive del Jai Alai, que cayó cuesta abajo y sin frenos. Lo cierto es que en la actualidad, en Miami hay cesta punta solo por una ley que exige que se juegue Jai Alai en los frontones; pero simplemente se juega para poder abrir las instalaciones y explotar el negocio que les rinde, que son las máquinas tragaperras contiguas. Un triste epílogo. 

La esperanza se cierne ahora en un nuevo modelo, el de la pelota por la pelota, el juego por el espectáculo en sí mismo, y no por la apuesta. Una nueva apuesta que parece que no tiene cabida en el gran sueño americano. 

En un ámbito mucho más local, el remonte ha protagonizado una trayectoria similar al de la cesta punta. Los frontones industriales ya no funcionan como antaño con la apuesta, y la asistencia del público ha caído en picado: el Euskal Jai Berri lleva años cerrado; mientras que el frontón Galarreta resiste a duras penas.

La pelota mano, último reducto de la pelota vasca profesional, ha experimentado un bajón sustancia también en las apuestas.

Estamos definitivamente ante un cambio de modelo en la pelota, en el que dejamos de un lado el juego de la apuesta y nos centramos en el espectáculo del deporte. ¿Podrá sobrevivir en esta nueva era?




lunes, 20 de abril de 2020

Suspensión definitiva del Memorial Graciano Iriarte 2020

Se veía venir..

Nota del Club Frontón López: 

Estimados pelotaris y amigos del Club Frontón López,

 Debido a la situación de Estado de alarma y confinamiento derivados de la crisis sanitaria del Covid-19, lamentamos comunicar que hemos decidido suspender de forma definitiva la celebración del Memorial Graciano Iriarte 2020. La incertidumbre inicial que reinaba cuando se decretó el Estado de alarma provocó que, por esas fechas, os comunicáramos la decisión de retrasar el inicio del campeonato hasta al menos después de Semana Santa. Pero con el paso de los días, vemos del todo imposible la celebración del Memorial Graciano Iriarte en condiciones, dado que no entenderíamos su celebración a puerta cerrada o con restricciones respecto a la participación.

Tomamos esta decisión con mucha pena, pero de forma responsable, ya que creemos que este año es lo mejor para todos. Respecto a las cuotas ya abonadas: el dinero de la inscripción se devolverá a todos los participantes que lo soliciten (por favor, los interesados pueden comunicarse con el club a través del e-mail clubfrontonlopez@gmail.com). Otra opción, que nos facilitaría las cosas, es que los pelotaris que quieran disputar campeonatos en la campaña 2020-2021, dejen ese dinero en depósito, de manera que será descontado de alguna de las actividades de la próxima temporada. Nuestro tesorero llevará un riguroso control al respecto.

 Solo en el remoto supuesto de que la evolución de la crisis sanitaria fuera muy positiva, es decir, de que se levantara el confinamiento general y de que las autoridades sanitarias mandaran mensajes muy positivos y avalaran la celebración de deportes como el nuestro, podríamos valorar la organización de un campeonato relámpago antes de terminar la temporada. Pero siendo sinceros, esta posibilidad nos parece muy lejana a día de hoy. Muchas gracias a todos por vuestra comprensión.

Nos veremos pronto por los frontones!! Un saludo

jueves, 19 de marzo de 2020

Suspensión provisional del Memorial Graciano Iriarte

Buenas noches, pelotaris y aficionados pelotazales. Ante la evolución de la situación originada por el COVID – 19, desde la Federación Navarra de Pelota Vasca se ACONSEJA a los clubes la suspensión de los entrenamientos de todas las categorías, y el APLAZAMIENTO de las Competiciones No Oficiales Reconocidas organizadas por los Clubes afiliados a la FNPV. El Memorial Graciano Iriarte es, precisamente, un campeonato No Oficial Reconocido por lo que el Club Frontón López se ve obligado a aplazarlo, de momento y como mínimo, hasta después de Semana Santa. Desde el club esperamos que la situación mejore y se pueda disputar el campeonato.Estaremos en contacto con el Ayuntamiento de Pamplona, con el Instituto Navarro del deporte y con la Federación Navarra de Pelota Vasca para tomar las decisiones oportunas. Sentimos las molestias pero el deporte, en estos momentos, pasa a un segundo plano. Muchas gracias por vuestra comprensión. Un saludo!

miércoles, 11 de noviembre de 2009



miércoles, 11 de noviembre de 2009

Cien años de la cuna del remonte

Como miles de tardes desde 1909, resuena tras las puertas del frontón Euskal Jai de la calle San Agustín un murmullo constante, salpicado por los pelotazos, los vítores, los aplausos… y también pitos esporádicos y alguna bronca por un tanto errado. Esa noche del 14 de diciembre de 1977, la diferencia la marca el inicio del festival de remonte, con la interpretación del himno de las Cortes de Navarra y un Agur Jaunak: el viejo frontón Euskal Jai, la cuna del remonte, cierra sus puertas y cede el testigo al Euskal Jai Berri, ubicado en Huarte (que hoy en día ofrece funciones semanales, en esta etapa, los domingos a las 16.30 horas). Tres protagonistas ese último partido en el viejo Euskal Jai, los navarros Francisco Mateo (zaguero de Gallipienzo, en la actualidad jubilado de 74 años), José Luis Recalde (delantero de Lanz, hoy a sus 57 años, corredor de apuestas de remonte y comercial de una bodega) y Pedro Juan Urrutia (delantero de Irurita, comercial de 61 años) se reúnen para recordar al viejo Euskal, unos días antes de la celebración del festival del Centenario en Huarte (el próximo domingo 15 de noviembre).

¿Qué recuerdos tienen de aquel partido de despedida? Las crónicas dicen que fue accidentado.
Francisco Mateo (FM): -Sí, porque no se terminó. Jugábamos Recalde y yo contra Urrutia y Ángel Lecumberri. Fue un partido muy raro. Ya de entrada, había un ambiente especial. Recuerdo que había ido a verme mi mujer, y por entonces, todavía no era nada habitual ver a las mujeres en los frontones. Luego, lo que pasó fue que Urrutia me pegó un pelotazo en la cara, cerca de la boca, y no pudimos terminar el partido. Fue un buen susto porque me salió mucha sangre y me tuvieron que poner puntos.
Pedro Juan Urrutia (PU): -Intenté cruzar la pelota, y le pegué. No recuerdo en qué tanto. Pero puedo decir que tengo el honor de haber pegado el último pelotazo en el Euskal (risas).
FM: -¡No, fui yo! ¡Lo pegué con la cara! (más risas). Ganábamos Recalde y yo por 31-25, pero hubo que suspender el partido. Ese día había un ambiente estupendo en el Euskal.

¿Cómo era aquel frontón?
José Luis Recalde (JR): -El sonido de los pelotazos era espectacular: se oían desde la Plaza del Castillo. La verdad es que era un frontón con encanto, acogedor. La gente estaba cerca de la cancha, aunque cabía bastante menos público que en el Euskal actual, aproximadamente, la mitad (unas 800 personas). Pero estaba viejo, para seguir jugando allí lo tendrían que haber reformado todo.
PU: -Era un frontón con unas características excelentes. El suelo era de losa, y el frontis era buenísimo, muy vivo. Nosotros jugábamos en San Sebastián (Galarreta) y en Pamplona (Euskal), y decíamos que veníamos al Euskal a descansar, en el sentido de que costaba menos trabajo meter el tanto. Si metías la pelota en el ángulo, no salía de la pared.
FM: -Si, sucedía lo mismo que antes entre el frontón Urumea, el antecesor en San Sebastián al Galarreta y en el que yo llegué a jugar, y el Euskal, ya que en el Urumea podías jugar aún con menos esfuerzo. Eran frontones muy bien pulidos, construidos con unas piedras extraordinarias. Ahí jugabas con menos esfuerzo. El frontis del Euskal era muy bueno. La explicación es que antes hacía el frontón el contratista que sabía manejar la piedra, pero ahora lo hace el que mejor puja, sin reparar tanto en la calidad.

¿En el Euskal Jai sólo se jugó a remonte?
FM: También se jugó a mano antes de construir el Labrit (se inauguró en 1952). Recuerdo un partido de mano que se jugó por la mañana, y en el que jugaron los hermanos Arbizu contra el remontista Olaverri e Ilundáin. Empezó a las 12.00, y lo tuvieron que suspender a las 15.30 porque empezaba el remonte, y todavía iban 15-11 o así. Era la pelota más seca. Ahora la gente no aguantaría un partido así, nadie remataba: era darle, darle y darle.

Los tiempos cambian, y también el material…
JR: -Para mí, las pelotas de antes eran mejores. Antes, las pelotas permitían meter los tantos más rápidos, había que soltar un gran pelotazo, pero si llegaba al rebote era casi tanto asegurado, y se había alguna vuelta, era gracias al saque. Ahora hay mucho más peloteo, y las alternativas en los marcadores son más feas e inciertas para el que juega dinero. Hace 35 años, de tres rebotes que tirabas, dos eran tanto.
PU: -Ahora hay grandísimos reboteadores, pero por ejemplo, si Mujika hubiera tenido las pelotas de ahora, se habría puesto las botas.

¿Qué dimensiones tenía el Euskal?
PU: -La cancha era un poco más estrecha que el Euskal Jai Berri actual, y de altura, eran parecidos. De largo, ambos son frontones de 54 metros, con 14 cuadros.

¿Y el ambiente? El remonte tuvo años de enorme popularidad en Pamplona.
FM: -Por entonces, ir al remonte era como ir al fútbol ahora, los partidos levantaban muchísima expectación. Se llegó a jugar incluso seis días a la semana, y todos, con el frontón muy concurrido. En los días de incienso (los días con alguna festividad religiosa), había que abrir las ventanas porque se formaba tal cantidad de humo que no veías un pelo. Era otra época.
PU: -En Sanfemines aquello era una fiesta, la gente pasaba por cerca y entraba a ver el ambiente… Había muchos días buenos: los martes, jueves, sábados… para el pelotari, ver el frontón casi lleno le ponía la carne de gallina. Después, los primeros años del Euskal Jai Berri también fueron muy buenos, dicen que se amortizó la inversión del frontón en poco tiempo. Pero inevitablemente, te vuelves a acordar del viejo, era muy entrañable, familiar. A mí me dio mucha pena que cerrara.

¿Cómo era la pelota en esos años?
FM: -Hay que decir que la empresa Galarreta dignificó la profesión del remontista enormemente, porque subió los emolumentos y permitió que se cumplieran una serie de exigencias. Galarreta ha sido un gran negocio, pero en su momento se arriesgaron e hicieron una buena inversión. Y fue beneficioso para todos.
JR: Ahora hay más oferta de ocio, está la televisión… hay muchas cosas en contra. Por entonces, el remonte levantaba una gran repercusión, pero también la pelota mano ha ido a menos. Hace 30 o 35 años, había festivales todos los días de la semana. Recuerdo especialmente los martes o miércoles en Eibar, con auténticos llenazos. Parecía una final del mano a mano, la gente con los puros…. Ahora sólo acude gente a partidos de Campeonato. Y no a todos.

La ubicación del viejo Euskal, la calle San Agustín, sería hoy idónea para el proyecto de relanzar el remonte.
JR: Ahora nos toca lamentarnos porque el Euskal viejo no está, ya que su ubicación hoy sería perfecta. Yo llevo trabajando 18 años y medio como corredor de apuestas y sé de lo que hablo. Antes se desplazaban a Huarte cuadrillas enteras y jugaban dinero, pero los tiempos cambian. Ahora eso sería impensable porque los jóvenes no mueven ese dinero, se meten en un piso y lo pagan con su pareja… ¡como para ir al frontón a jugar! Está también el problema de la alcoholemia, porque hay que coger el coche para ir al frontón.

¿Y por qué se cambió de escenario?
FM: 
-El Euskal tenía su encanto, pero había que reformarlo, y además, por entonces había caído mucho la pelota en Pamplona. El problema principal fueron los impuestos: el Ayuntamiento de Pamplona puso unos impuestos muy elevados. El Euskal nuevo dio más amplitud y comodidad, y en Huarte no había además esos problemas con los impuestos.
PU: -Sí, pero se ha pagado el hecho de tener que coger el coche para ver los partidos.
JR: -Todo hay que entenderlo en su momento, y la propia ubicación en la calle San Agustín era un poco problemática en esos año, había jaleo muchos días (en alusión a la kale borroka). Los tiempos pasan, y un frontón debe ser acogedor, y hay que reconocer que el Euskal Jai Berri en sus inicios fue un gran éxito en 1977. Se barajó hacer un frontón en Yanguas y Miranda, pero no se pudo hacer. El proyecto estaba ya hecho, pero no era viable porque el Ayuntamiento fue a sangrarlo con los impuestos. En Huarte, el frontón nuevo era más viable económicamente.

Existe la posibilidad de construir un nuevo frontón de herramienta en Pamplona, aunque de momento, sólo va hacia delante el Reyno Arena.
JR:
 -Personalmente, veo un error tremendo construir ahora un frontón de mano para 3.000 personas, porque rara vez se va a llenar. Y un frontón sin ambiente es algo muy frío, tiene que ser acogedor, cercano. Yo creo que, cuando se construya el frontón del Reyno Arena, la gente querrá seguir yendo al Labrit.


Francisco Mateo (Gallipienzo, 74 años, casado y con cinco hijos y siete nietos):
-Profesional del remonte entre 1955 y 1983 (jugaba como zaguero). Comenzó como pelotari de mano en el Labrit, de ahí pasó al remonte. “Me pagaban la pensión en el Euskal. Eran tiempos difíciles y me vino muy bien porque me ayudó a estudiar la carrera de Derecho”, explica Mateo, que llegó a ser una figura del remonte, profesión que compaginó con negocios familiares (una empresa de licores). Desde 1974 fue funcionario, ejerciendo la abogacía. Fue además concejal del Ayuntamiento de Pamplona por UPN en cuatro legislaturas (entre 1979 y 1987, y entre 1991 y 1995). La ciudad japonesa hermanada con Pamplona, Yamaguchi, guarda en un museo una cesta de remonte suya.

Pedro Juan Urrutia (Irurita, 61 años, casado y con tres hijos).
-Profesional del remonte entre 1972 y 1994. Se dedicó al remonte en exclusiva durante unos años, después lo compaginó como como comercial de vehículos. “Me tendrían que definir otros, pero fui un delantero con toque, aunque sufrí una lesión en el hombro que me frenó cuando mejor estaba. Jugué terceros partidos y algún estelar”.

José Luis Recalde (Lanz, 57 años, casado y con dos hijos).
-Profesional del remonte entre 1973 y 1991. Delantero de genio, debutó dos semanas después de proclamarse Campeón de España en aficionados, con Goñi como compañero. Tras 18 años como remontista, siguió vinculado al remonte como corredor de apuestas, trabajo que compagina en la actualidad con el de comercial de una bodega de vinos. Su hijo mayor, Joseba, se proclamó el año pasado campeón navarro individual de pelota mano en aficionados (juega por el club Ikastola Paz de Ziganda).

jueves, 22 de enero de 2009




jueves, 22 de enero de 2009

Jon Eizagirre: "El remonte no es sólo pegar y pegar"


El zaguero Jon Eizagirre (Zarautz, 1966) colgará el remonte el próximo sábado en el frontón Galarreta, tras una carrera de 23 temporadas (debutó el 6 de julio de 1985, en el Euskal Jai Berri) jalonada por cuatro txapelas en el Parejas y una en el Individual-Torneo Casino Kursaal. Se va uno de los grandes

¿Qué siente ante su despedida?
Lo llevo bien, sin traumas. Espero estar igual cuando llegue el partido, jugar bien y ganar. Es mi despedida, pero no hay que andarse con chiquitas.
A sus 42 años, le toca dar el callo hasta el final.
Sí, supongo que si he aguantado tantos años en el remonte, será por algo. La despedida era algo esperado, he tenido muchos problemas de lesiones en los últimos años, demasiadas roturas de fibras en el gemelo. La próxima podía ser ya una lesión muy importante; lo mejor era dejarlo.
Ha rendido bien en el Torneo Tejados Aoiz, el Oficial de Parejas: llegó a semifinales, con Altuna II.
Sí, pero venía de una nueva lesión. Si me hubiera pillado un mes después, podía haber hecho algo más.
Debutó el 6 de julio de 1985, ¿pensaba en una carrera tan larga?
No, al principio vas por etapas, a cumplir metas: primero subir a los cuartos partidos, luego pasar a los terceros... Fui muy poco a poco. A los seis años se lesionó Imanol Mujika en vísperas de jugar el Parejas, y llegó mi oportunidad.
Fue la txapela que ganó con Elizalde, en 1992.
Sí, me salió el campeonato de mi vida y ganamos el título.
¿Cómo empezó en el remonte?
Con 14 años, junto a otros tres chicos de Zarautz. Como eran un poco mayores, ellos iban a Galarreta, pero yo jugaba en el pueblo gracias a la insistencia de mi padre. En un par de años pasé a Galarreta, donde aprendí con Telesfoso Arregi. Me metía bastante caña, más que otros. Me decía que, si no sacaba bien, me mandaba para casa... y yo apretaba.
¿Su especialidad ha sido el saque?
No sé... es una jugada que depende mucho del material: tiene que haber pelota fuerte para hacer daño. Es un arma más del juego, porque el remonte no sólo es pegar y pegar, eso aburre a todos. Hay opciones, echar al dos paredes, las cortadas... He intentado jugar a pelota.
¿Recuerda su debut?
Fue un buen partido, pero perdí por 35-34 con Lasa contra Noain-Regueiro, en el Euskal. Parecía que se acaba el mundo, pero fue el primero de unos 2.000 partidos.
¿Con qué partido se queda?
Gané el Parejas con Altuna I, que siempre llegaba a la final y la perdía... teníamos que conseguirlo como fuera. Me acuerdo también de la final del Torneo Casino Kursaal de 2003 contra Ezkurra. Había perdido cuatro finales, pero ese día me salió todo perfecto.
¿Un compañero?
Mujika II, un gran amigo y un zaguero que iba para arriba. Falleció por un cáncer.
¿Un delantero?
Al principio coincidí mucho con Aranburu, era muy pelotari. Luego, con Altuna I y Bitoria, dos grandes pelotaris; las malas rachas acababan si jugaba con ellos.
¿Un rival?
Saldias, un zaguero que hacía mucho daño con su saque, lo ejecutaba desde el ancho y la pelota iba un poco por encima de la chapa. Costaba ganarle.
¿Ha cambiado mucho el remonte?
Sí, ha cambiado la pelota, la cesta y la forma de jugar. Además, antes los remontistas eran más artistas, mientras que ahora prima más el músculo, la gente está mejor físicamente.
¿Su ídolo?
Siempre me he fijado más en los zagueros. Creo que Mujika I fue el pelotari, y también me marcaron el saque y el pundonor de Agerre. Pero el más completo de todas las modalidades de pelota es Koteto Ezkurra, tiene unas piernas y una cabeza privilegiadas. Le faltan contrarios, y le perjudica que las pelotas sean tan secas.
¿Algún remontista de futuro?
Hay que dar oportunidades, pero hay que demostrar las cosas durante todo el año: cuando se ve al verdadero pelotari es cuando está mal, entonces se ven sus recursos. Urriza y Urrutia tienen juego y potencial para ir hacia arriba y jugar contra Ezkurra.

miércoles, 1 de octubre de 2008



miércoles, 1 de octubre de 2008

Imanol Altuna Aierbe: "Parecía que no me movía, pero siempre le daba a la pelota"

El delantero Imanol Altuna Aierbe (Amezketa, 31 de julio de 1968) colgará el remonte en el frontón Galarreta el próximo sábado, después de una larga carrera como profesional a lo largo de las 20 últimas temporadas y media (debutó el 1 de noviembre de 1987, en el propio Galarreta). En el palmarés de Altuna I destaca su txapela en el Campeonato Oficial de Remonte Parejas de 2002, lograda junto a Jon Eizagirre, así como sus siete subcampeonatos en este mismo torneo (en 1992, 1993, 1994, 1995, 2001, 2006 y 2007), además de cuatro Torneos de San Fermín (1994, 1999, 2001 y 2005), logros todos ellos que lo convierten en uno de los grandes remontistas de los últimos tiempos.

¿Qué siente ante su despedida?
Al principio un poco de pena, pero después me quedo con lo positivo, he estado casi 21 años como profesional, siempre lo he dado todo y algún día tenía que acabar. Sé que no vivimos en la mejor época, cabía la posibilidad de un recorte en la plantilla y yo estaba entre los candidatos para dejarlo.

Ha pasado más de media vida jugando a pelota.
Sí, mi modo de vida cambiará a partir de ahora. De aquí en adelante me podré meter más de lleno en otras cosas: trabajo desde hace años en una inmobiliaria con oficina en Lasarte, y también ayudaré en el negocio familiar, un bar en mi pueblo, Amezketa.

¿Cómo empezó en el remonte?
Me regalaron la primera cesta cuando tenía 11 o 12 años, nos la dio a un primo y a mí otro familiar, Etxeberria, que a su vez era amigo de Intxauspe, la figura del remonte en esa época. Por entonces yo jugaba más a mano que a remonte... pero con 15 o 16 años, vi que mis manos sufrían mucho y empecé a ir a jugar a remonte a Galarreta.

Debutó en 1987.
Sí, jugué con Etxeberria I como zaguero, ante Lecea-Imaz. Lecea y yo debutamos a la vez ese día, y posiblemente fue el partido que gané por mayor diferencia de toda mi carrera, creo que fue por un resultado de 35-12. De ahí en adelante los años han pasado rápido, y siempre he disfrutado mucho del remonte.

¿Qué balance hace de su carrera?
El balance es positivo. Quizá me ha faltado un poco de fortuna para ganar más títulos, porque he llegado a ocho finales del Campeonato Parejas y he ganado sólo una. Pero el hecho de alcanzar tantas finales también es una buena señal.

El pasado domingo recibió junto a su hermano un homenaje de sus paisanos en Amezketa, en el que se denominó el frontón de las escuelas como Altuna Anaiak.
Sí, ese detalle es una de las cosas más bonitas que nos podían pasar, algo que no se nos olvidará nunca. Y cuando no estemos, también se hablará de nosotros, de que hubo dos hermanos que jugaban a remonte. Eso permanece.

Ha coincidido durante muchos años en el campo profesional con su hermano Garikoitz.
Sí, pero también es delantero y no era partidario de tenerle como rival, prefería jugar contra otros... aunque a veces sí que hemos coincidido, sobre todo en campeonatos. Entonces, cada uno iba a ganar su partido y se olvidaba del resto.

No es amigo de grandes homenajes en su despedida.
No, lo que yo quería era despedirme en la cancha y hacer un buen partido, no salir con ropa de calle a recibir aplausos.

¿Un partido?
No recuerdo uno en concreto... quizá la final del Parejas de 2002, que gané con Eizagirre.

También ha destacado en el Individual.
Sí, no me disgustaba jugar mano a mano, me sentía a gusto en la cancha y he jugado partidos buenos. Me acuerdo especialmente de uno que perdí por 35-34 contra Koteto Ezkurra.

También ha sido un gran especialista en los tríos, jugando en el centro.
Sí, me encontraba a gusto. Creo que me ha faltado un golpe rompedor para marcar diferencias, pero he sido muy pelotari, he tenido facilidad para colocarme en la cancha: parecía que no me movía, pero siempre le daba a la pelota, estaba bien colocado. He sido seguro y peleón.

¿Un golpe?
Me sentía bastante cómodo para golpear desde el cuadro 7, aunque fuera pegado a la pared; de ahí el hecho de jugar en tantos tríos.

¿Un rival?
Ezkurra siempre ha estado dos o tres peldaños por encima, y Zeberio II también, aunque fue más tardío. Cuando debuté, jugué infinidad de partidos contra Lecea. Y después, contra Matxin, Elizalde... y en los últimos tiempos, Iñigo y Juaristi.

¿Un zaguero?
He coincido con muchos: Eizagirre, Aizpuru, Etxabe, Ángel Lecumberri, Iriarte...

¿Un ídolo?
Antes de empezar, remontistas como Mujika, Agerre o Intxauspe... pero me quedo con el que se quedan todos, Koteto Ezkurra. Es el que más diferencias ha marcado y marca, y durante más años.

¿En qué ha cambiado el remonte desde sus inicios?
Ha cambiado el material, porque ahora las pelotas pegan botes más grandes, pasan más tiempo en el aire. También hacen más extraños, eso puede ser por el cambio de material en las cestas.

¿Qué porvenir le augura al remonte?
Es indudable que no atraviesa por su época más boyante, pero creo que hay un buen cuadro de remontistas, por lo que en ese sentido no veo peligros, el futuro no es malo.

¿Algún remontista de futuro?
De los que pueden ser figuras, me quedo con Urriza, es el que tiene más condiciones físicas y le queda margen para aprender a jugar a remonte. También están Juaristi y Uterga, que ha últimamente subido un escalón y que es un pelotari muy bonito para ver.

¿Qué consejo le daría a un remontista que empieza?
Que juegue por afición y no por obligación, que disfrute con el remonte y que jamás pierda la ilusión. A veces pasas momentos malos y cuesta un poco más, pero nunca hay que perder la ilusión, yo saldré hasta el último día a dar lo máximo posible.

¿Seguirá vinculado al remonte?
Es muy difícil que siga jugando, pero seguiré vinculado al deporte, tengo dos hijos, Aitor y Mirari, y me gustaría que encaminaran su vida en ese sentido. De hecho, a Aitor ya le he dado una cesta, pero es muy pequeño todavía. Yo iré al monte, haré un poco de natación... y no descarto jugar algo a pelota, o a pala.

miércoles, 23 de julio de 2008



miércoles, 23 de julio de 2008

Peio Aizpuru: "Soy un afortunado, he disfrutado durante 25 años del remonte"

El zaguero Peio Aizpuru Lasa (Urrestilla, 1964) colgará el remonte el próximo sábado (encuentro entre Ezkurra-Aizpuru y Altuna I-Lizaso, en el frontón Galarreta y televisado por ETB1 desde las 19.00 horas), después de una larga y fructífera carrera de 25 años, con varios miles de partidos a sus espaldas y txapelas de los trofeos más importantes que pueden ganarse, como el Individual (1993) o el Parejas (1990, con Elizalde; 1993, con Arregi; y 1998, con Zeberio II). Por encima de todo ello, Aizpuru deja una estela de pelotari honrado, trabajador y muy valorado por los pelotazales. Forma ya una parte importante de la historia de este deporte.

El sábado llega su último día como remontista. ¿Nervioso?
No le doy muchas vueltas a todo esto, aunque los últimos días sí que se me han hecho un poco raros, más que nada por las llamadas de los periodistas. Pero se agradece que se acuerden de uno.
Se despide con un estelar de primer nivel: Ezkurra-Aizpuru contra Altuna I-Lizaso.
Sí, es un gran partido, espero estar a la altura. Me hacía ilusión jugar contra un buen amigo como Iriarte, con el que he coincidido muchos años y que también es de Azpeitia, pero ya nos enfrentamos el martes pasado en Galarreta y el viernes en mi despedida en el Izarraitz. En ese sentido, no tengo quejas.
Ha ganado esos dos últimos partidos (40-27 y 40-24), tras sendas grandes actuaciones. Quizá haya que replantear su retirada...
No, las cosas no son así. Es verdad que en los dos últimos dos meses he andado un poco mejor, pero llevo un año en el que me he tambaleado un poco en la cancha, he bajado el nivel. Es ley de vida.
¿Le da pena dejarlo tras 25 años?
No; es más, considero que soy un afortunado, porque he disfrutado durante un montón de tiempo del remonte, 25 años. Pero la edad no perdona.
¿Qué ha perdido?
Velocidad: en todos los deportes, si la pierdes te quedas sin una cualidad fundamental para rendir a buen nivel. Aprendes otras cosas, como la colocación, o la técnica... pero llega un momento en el que con eso, no vale. Si un pelotari joven tiene su día, te arrolla.
Debutó en 1983. ¿Ha cambiado el remonte desde entonces?
Han cambiado la forma de jugar, el material y los propios pelotaris. Antes se jugaba mucho más a pie parado, con la postura de abajo, un pelotazo al rebote era tanto... y se remontaba más. Ahora se golpea bastante más desde arriba, la pelota bota más y te da más tiempo para llegar.
Usted se ha amoldado bien a los cambios: apenas falla en el rebote.
Creo que me he defendido más o menos bien en todas las facetas del juego, aunque sin destacar en nada en concreto.
¿Antes había más nivel que ahora?
Cuando debuté, mi ídolo era Imanol Mujika, y estaban por ahí los Inchauspe, Matxin, Aseginolaza, Agerre, Cestau... había seis o siete delanteros y otros tantos zagueros de buen nivel. Pero creo que ahora el plantel tampoco está nada mal.
¿Cuál es su mejor recuerdo en el remonte?
He llegado cuatro veces a la final del Individual, y conseguí una txapela en 1993, contra Agerre. Eso es algo que siempre hace una gran ilusión: un partido mano a mano no es tan bonito quizá como uno por parejas, pero tiene un morbo especial y levanta expectación. Me acuerdo también de la primera txapela que conseguí, el Torneo de Primavera de 1987, eso me hizo una ilusión tremenda. Pero mi mejor año fue 1993, porque también gané el Parejas, con Arregi.
¿Y el peor recuerdo?
Un pelotazo que le di a un compañero, Azkue, que tuvo dejar el remonte. Eso es algo que me ha marcado para siempre.
¿Su mejor compañero?
He estado muy a gusto con todos, los remontistas somos como una familia. He coincidido en muchos partidos con Matxin, Agerre, Elizalde, Cestau, Ángel Lekunberri... Pero el mejor compañero es Ezkurra.
¿Qué tiene?
Todo, es el mejor remontista de todos los que he visto: posee velocidad, garrote, visión de juego, habilidad... es un súper. Ahora también hay otros grandes pelotaris, como Zeberio II o los Altuna.
¿Su zaguero preferido?
Imanol Mújica, era muy artista y jugaba concediendo grandes ventajas. También me ha gustado Agerre, un pelotari muy atleta y con un físico terrible, para ganarle había que dejarlo todo en la cancha. Y tanto Eizagirre como Lizaso son zagueros muy buenos.
¿Cómo ve el relevo?
Le veo bien a San Miguel: rompe y es diferente, tiene un futuro muy bueno, aunque con sus cosas por pulir. También me gustan Urrutia y Juaristi, un pelotari que lo da todo.
¿Qué diagnóstico hace del remonte?
Antes iba más público al frontón, sobre todo al Euskal, porque Galarreta todavía tiene un gran ambiente los jueves y los sábados. La gente tiene ahora más ofertas de ocio, como la propia televisión... esperemos que con el apoyo de todos, sobre todo de la prensa, el remonte vaya otra vez hacia arriba.
¿Cómo empezó en este deporte?
Siempre he tenido afición a la pelota: mi hermano mayor jugaba a cesta punta, y el otro, a pelota mano. Me comentaron la posibilidad y empecé a entrenar a remonte con Juan Pedro Azkarate. Debuté pronto, con 19 años.
¿Cómo ha sido como remontista?
De joven tenía un brazo bastante potente, aunque era más fallón: los pelotaris pasamos varias etapas, y cuando pierdes fuelle buscas otras cosas, como arrimar más la pelota, o intentar hacer alguna jugada. Antes no reboteaba, pero tuve que aprender... y echo al dos paredes desde hace 10 años, antes ni se me pasaba por la cabeza, pensaba que si fallaba, la gente me echaría la bronca. Pero mi jugada preferida ha sido pegar un buen pelotazo desde el cuadro 7 u 8, le daba muy a gusto.
Ha pasado más de media vida como profesional del remonte. ¿Lo echará de menos?
Todavía no lo sé, sólo pienso en mi próximo partido y no me he puesto a pensar en más cosas... seguro que de aquí a dos meses echo en falta este mundillo, ver si tengo que jugar el martes, o qué día.
¿Qué hará a partir de ahora?
Seguiré con mi trabajo en Azpeitia, por la mañana en el polideportivo y por la tarde, de canchero en el frontón Izarraitz y con la escuela de pelota, con unos 20 chavales. Además, seguiré haciendo deporte, porque me gusta ir al monte y la caza.

jueves, 10 de mayo de 2007



“Puedes hacer tanto o tirar la pelota al colchón, pero siempre hay que darlo todo en la cancha” Ángel Lecumberri

Despedida_ngel_lecumberri

(10 de mayo de 2007).
El pasado sábado colgaba el remonte el penúltimo de una larga y fructífera saga de siete pelotaris, Ángel María Lecumberri Ardanaz (Arre, 1965), hijo y sobrino de remontistas de leyenda (Ángel y Pablo Lecumberri), zaguero ganador, buen compañero, pelotari pundonoroso y curtido en más de mil batallas (2.308, para ser exactos). Ángel Lecumberri ha sido un testigo irrepetible de la historia reciente de este deporte especialmente en un escenario, el Euskal Jai Berri, un frontón en el que ha vivido el apogeo del remonte, su declive, su riesgo de desaparición y los esfuerzos por salir a flote en los que se halla hoy en día.
Se despide después de 19 años como profesional del remonte.
Creo que el cuerpo me hubiera aguantado más, pero en septiembre se acababan los contratos y la empresa consideraba que, en virtud de las programaciones, no había todos los huecos disponibles que le gustaría. La oferta era jugar menos partidos hasta diciembre. Era una buena oferta económica, incluso mejor que la que tenía ahora, pero yo necesito competición, por mi forma de jugar… y para bajar mi nivel, no me merecía la pena. La oferta deportiva me parecía fundamental para no aceptar.
¿Qué balance hace de toda su carrera, desde 1988?
Tengo una mezcla de sensaciones. Por una parte me quedo satisfecho, me parece que he cumplido… pero, por otra, aunque he ganado muchos torneos pequeños, no tengo ninguno grande. Tengo cuatro subcampeonatos en Campeonatos de España y dos trofeos al mejor pelotari. He logrado txapelas de las pequeñas: San Fermín, San Fermín Txikito, Villa de Huarte… pero no he conseguido ninguna de las grandes.
¿Qué le ha faltado para logarlo?
En parejas lo tuve cerca en 1994, un año en el que jugué junto a mi primo Martín frente a Elizalde-Etxabe. La final fue en el Euskal, donde Elizalde y yo estábamos considerados como el mejor delantero y el mejor zaguero. Pero ese día sucedió que Etxabe jugó la tira, y nos limpiaron. Se había levantado además bastante expectación, porque mi padre y mi tío, el padre de Martín, habían conquistado la txapela en 1977… había por ahí un cierto componente sentimental, pero no pudimos ganar.
¿Y en el individual?
El mejor campeonato que he hecho nunca fue uno en el que me tocó en el mismo grupo con Matxin y Agerre, dos pelotaris que habían sido ya campeones y que partían como claros favoritos. Salí a jugar en plan a hacer lo que se pueda… y resultó que les metí dos palizas impresionantes; pero, luego, caí en semifinales contra Aizpuru. Cuando salía como favorito o la cosa estaba igualada, me ponía nervioso. Eso me ha pasado muchas veces: acabar de jugar y decir: “Jugaría 15 tantos más…”… y mi contrario estar reventado, pero ganarme: correr como nadie y perder como siempre. Me fallaba la cabeza, no he sabido jugar bajo presión.
Pese a eso, sus números como pelotari marean: 2.308 partidos jugados, con más victorias (1.188) que derrotas (1.120).
A mí, más que esas cifras me gusta hablar de la cantidad de tantos a favor respecto a los tantos en contra (81.118 hechos por los 79.661 recibidos). Eso indica que, cuando has ganado, has dejado hueco; y que cuando has perdido, te has arrimado bastante a la meta. Quizá ha sido por mi forma de jugar, de no entregarme nunca. Eso, realmente, al final de una carrera deportiva se nota.
¿Esa forma de jugar, su pundonor, ha sido lo que más le ha caracterizado?
Yo creo que sí. Eso lo aprendí de mi padre y de mi tío. El frontón, quitando la televisión, ha vivido siempre de la apuesta. Tú tienes que salir a la cancha como si el público que juega dinero por ti estuviera jugando con tu propio dinero. El pelotari es una entidad de crédito: el público que acude al frontón apuesta por ti, pero no sabe si te duele una muela, si has comido mal, si no has dormido bien… confía en un nombre. Lo que no puedes hacer es defraudarle. Has de salir a por todas, y hacerlo todos los días. Después, en función de cómo estés de juego, puedes hacer tanto o tirar la pelota al colchón… pero siempre hay que darlo todo.
¿Agobia esa presión de la apuesta?
No, yo creo que siempre tienes que ser tú mismo.
¿El remonte ha cambiado mucho desde que empezó a jugar?
Un montón. Lo que permitía hacer la cesta de paja sobre la de plástico dista un mundo, hubo un cambio de materiales que no me ha convencido: a mí lo que me gustaba era darle a la pelota, y hacer un juego más físico que técnico. Lo que no puedes hacer es cambiar de estilo 15 años después de empezar… Ahora, el tanto es más largo, predomina la defensa sobre el ataque; antes, no se peloteaba tanto ni por el forro. Las funciones en el Galarreta de Hernani duran ahora una eternidad. Recuerdo que antes jugaba el cuarto partido y llegaba a casa a como tarde a las nueve de la noche, en un Seat 127 viejo y por la carretera antigua. Ahora volvemos por la autovía y llegamos a las diez.
¿Y ese juego no le beneficia a usted, por su alto desgaste?
Se hacen muchos más kilómetros, pero lo que andan son las piernas, no las pelotas. Yo he leído que Lizaso es el mejor defensor de la historia… y no le quito nada, Iñaki es un pelotari muy técnico, un malabarista. Pero si puede hacer esto, es porque le da tiempo. Hace 15 años, no le daría tiempo a llegar a la pelota desde el ancho hasta la pared. Antes había muchísima más velocidad en el juego. Gente como Bitoria, antes sufría mucho porque el brazo se le resentía, había que hacer mucha fuerza para contrarrestar el pelotazo. Ahora, en cambio, oigo a muy poca gente decir que tiene el brazo cargado. La pelota de ahora, además, no es la misma con la que yo aprendí.
Ha jugado en 10 frontones, en especial en el Euskal Jai Berri y en Galarreta. Llama la atención la diferencia de rendimiento en uno y otro (55 % de triunfos en Huarte por un 48 % de victorias en Hernani).
En el Euskal es donde aprendí, y mi juego ha estado condicionado a eso. En el Euskal funcionaba mi postura de arriba y, de hecho, creo que soy el único que saca desde el ancho y con esa postura. Con aquél material funcionaba…, pero en Galarreta, no funcionaba tanto.
¿Tanta diferencia existe entre los dos frontones?
En el Galarreta, la postura de abajo hace más daño. En cambio, en el Euskal, el bote va más hacia arriba, y eso me favorecía. A los que venían de Guipúzcoa les pasaba lo contrario que a mí, no se hacían al frontón de Huarte. Eso sí, con el cambio de material, mi postura no ha funcionado. He intentado sacarle el máximo provecho, pero no lo he conseguido. El ejemplo contrario es Etxeberria III: hoy en día es un rival dificilísimo de ganar, porque ha sabido sacarle el máximo rendimiento a este material. Es todo un hueso, dirige muchísimo la pelota. Le ha cogido el truco.
Ha conocido todas las épocas del Euskal.
Sus mejores tiempos fueron cuando yo era un aprendiz. Recuerdo el año 1979, cuando el Euskal era una pasada, cualquier sábado acudían 2.500 personas. En las finales, ya era apabullante, con gente por las escaleras, por el tercer piso, sentadas encima de cajas de Coca-Cola… Se trataba de una instalación nueva y el remonte se puso de moda, tenía una especie de aureola. El frontón se consideraba como un lugar de estilo, como ahora ir al teatro. No es fácil saber qué ha pasado.
¿Qué se daba antes que no se ve ahora?
Para mí, la velocidad en el juego. Hubo un tiempo en el que yo fui el número uno de la zaga en el Euskal, pero me oído a gente decir que iba al frontón a ver jugar el tercer partido entre Ollo y Lecea, porque jugaba Ollo. En tu ego piensas que juegas más, pero resultaba que los pelotazos de Ollo eran increíbles. Hoy, seguro que hay algún brazo como el suyo… lo que ocurre es que el material no acompaña.
¿Aparte del espectáculo del juego, qué ha podido fallar? ¿Marketing, televisión…?
Cuando se retransmitían partidos los martes, creo que la gente los seguía con interés. Creo que TVE los transmitía muy bien. No sé por qué se dejó… de todas formas, el remonte vive de la apuesta, y quizá los jóvenes ahora no se lo puedan permitir… porque si es simplemente por ver la pelota, está claro que es poco más caro que el cine, y puedes estar toda la tarde. Hay algo que no engancha, pero es muy difícil dar con qué es.
¿Qué futuro le augura?
Quizá ahora que se le da un poco más de marketing, o con los partidos en frontones cortos vaya un poco mejor la cosa, no lo sé… Cuando vamos a canchas pequeñas, se ve un juego mucho más rápido: eso es precisamente lo que vivíamos antes en el Euskal y Galarreta, en los frontones grandes, la sensación de gran velocidad. Quizá la clave esté en los frontones cortos, pero yo lo veo un poco peligroso, estamos todos en cinco metros cuadrados. A mí me da miedo, creo que he sacrificado tantos por tener a mi compañero o a mi compañero delante.
Ser remontista ha sido para usted casi una obligación…
Mi tío, Pablo, fue el Ezkurra de su tiempo. Y mi padre, Ángel, fue el Ezkurra aficionado, con 10 campeonatos de España en su palmarés… Cuando mi padre se retiró pasó a ser conserje del Euskal, y fuimos a vivir allí, y mi tío Pablo tenía además el bar de la cancha del frontón… digamos que yo domador de leones no podía ser. Antes de los partidos, con 12 años, mis primos y yo jugábamos con unas cestas pequeñas, y así, al final aprendes.
¿Cómo se define como pelotari?
Luchador, y más físico que técnico. Un poco, como hacía Arantxa Sánchez Vicario en el tenis: ir a por todas. Al final, al ver los números finales, resulta gratificante.
¿Quién ha sido su gran rival?
Por una forma similar a jugar, o de entender el juego, o por quererme parecer a él, diría que Imanol Mújica, un señor dentro y fuera de la cancha. Luego, hubo una temporada en la que Patxi Etxeberria y yo éramos los dos zagueros punteros, ambos nacidos en el 65. Y últimamente, mi gran rival ha sido Aizpuru.
¿El más admirado?
Mi tío debió de ser un crack, pero yo lo vi cuando era muy pequeñito. De los que he conocido, no cabe duda de que Ezkurra, es el que pelotari que ha concedido más ventajas de los que yo he visto.
¿Y el mejor zaguero?
Mújica jugaba un montón, pero ahora veo a Lizaso y me pregunto si se puede jugar más que él… porque lo que hace es inverosímil. O Etxeberria III, al que no hay manera de meterle un tanto. Se suele hablar de los remontistas de antes, pero me he dado cuenta de que, excepto las grandes figuras como Ezkurra, mi tío, o Ábrego, que podrían jugar hasta con pelotas de tenis, el resto podemos fluctuar arriba o abajo muchísimo, según épocas. Recuerdo también especialmente a Mere Arbizu, un pelotari con el que aprendí en la escuela del Euskal. Pesaba unos 120 kilos, estaba ya jubilado… y remontando era todo un prodigio. Parecía como si estuviera tocando un violín.
Los mayores siempre hablan de Ábrego, el Mago de Arróniz.
Mi tío fue un fenómeno y siempre ha dicho eso, que Ábrego era de otra galaxia… pero yo no puedo decir si hubiera jugado con estas cestas y este material.
¿Un partido que no olvidará nunca?
Sin duda, un tercer partido en el Euskal: jugaba junto a mi primo Martín, y ganábamos por 32-29 ante Rekalde-Barrenetxea. Nos pusimos pediendo 32-39, y finalmente ganamos 40-39. Tras tenerlo todo encarrilado, nos remontaron, y ya pensábamos en la bronca que nos iba a caer… pero hicimos los 8 últimos tantos seguidos. Se habían roto todas las pelotas y nos quedaba una super usada… yo creo que ese día nos ganó a todos la pelota, porque hizo lo que quiso.
¿El mejor y el peor momento?
De los mejores no sabría decirte… De los peores, dentro de la cancha, cuando perdimos aquella final del Campeonato de parejas Martín y yo. Y fuera de la cancha, tendría que hablar del tema laboral, en una época de una fuerte crisis para el remonte. Había una tradicional comisión integrada por tres pelotaris, yo formaba parte de ella y se nos puso en la disyuntiva de cerrar el frontón o aceptar unas condiciones que no eran las que queríamos… Pienso que, por entonces, algunos no se portaron bien.

Su último partido fue el pasado sábado 29 de septiembre, en el Labrit. Para muchos, ha sido una despedida un tanto precipitada.
No sé si he llevado bien o no el tema de mi despedida, pero quiero aclarar que se ha hecho como yo quería hacerlo. El jueves 27 de septiembre le dije a la empresa que no quería continuar más que hasta fin de mes… y las cosas se han hecho como me ha parecido a mí. En ese sentido, quiero darle las gracias a Miguel Pozueta (presidente de la Federación Navarra de Pelota) porque de jueves a sábado ha movilizado hasta a una consejera del Gobierno de Navarra para que me diera un obsequio. No estaba ni previsto ni pedido: a mí me parecía que lo más correcto era retirarme de una forma discreta.
¿Seguirá vinculado al deporte?
Algo tendré que hacer, pero no lo he pensado. Es muy difícil seguir jugando a remonte con gente retirada, y creo que no tengo paciencia para entrenar a gente joven… no me veo didáctico. ¡Puedo hacer el camino inverso de Urriza, y coger la pala! La bicicleta me gusta… no lo sé.
¿Y profesionalmente, qué hará?
Ya cuando debuté trabajaba en el Matadero de Pamplona, y en la actualidad soy responsable de Laboratorio de Microbiología del instituto bacteriológico de Lekunberri, trabajo ahí todos los días de 7.00 a 15.00 horas.
¿Echará en falta el remonte?
Los primeros días sí que sientes nostalgia… Sé que ahora mi vida va a cambiar mucho, porque me quedan libres unos días que antes estaban ocupados por los partidos. Seguiré yendo al Euskal, si hay partidos interesantes, si juega mi primo Iñigo, o gente con la que me llevo bien, como Uterga, Urriza o Urrutia… ver venir.
Ángel Lecumberri
-Ángel Lecumberri Ardanaz (Arre, 1965) debutó como remontista profesional el 10 de julio de 1988, en el Euskal Jai Berri.
-2.308 partidos jugados, con 1.188 victorias y 1.120 derrotas.
-1.182 partidos en el Euskal, con 648 victorias y 534 derrotas. 55% de triunfos.
-1.109 partidos en el Galarreta, con 532 victorias y 577 derrotas. 48% de triunfos.
-81.118 tantos hechos por los 79.661 tantos recibidos.
-Casado y con un hijo de 14 años.
-Trabaja como responsable de Laboratorio de Microbiología del instituto bacteriológico de Lekunberri.

miércoles, 24 de enero de 2007



01/24/2007